Como su denominación lo dice: éste es el lugar o campo en donde se manifiestan los efectos que producen unas cosas llamadas Cargas Eléctricas que a su vez, forman parte inherente de las partículas materiales subatómicas. Hasta ahora, el efecto producido por esos entes llamados cargas eléctricas, sólo ha sido detectable mutuamente por una simetría de efectos procedentes de las respectivas cargas a las que se ha dado en llamar: carga positiva a una y carga negativa a la otra.
Pues bien, ese antagonismo mutuo en la denominación y efectos al exterior de dichas cargas es lo que ha hecho posible su tangibilidad para nuestra percepción y consecuente medición ya que, su comportamiento les ha dado una cierta identidad por lo que se las conoce. Ese comportamiento consiste en que por principio de cuentas, el campo de acción de una carga, produce una fuerza de atracción mecánica, sobre otra carga de denominación contraria y una fuerza de repulsión sobre otra de su misma denominación: aunque la realidad es que, los campos eléctricos de ambas cargas interactúan de manera mutua para producir el efecto o fuerza que se manifiesta; y hasta ahora no ha habido manera de acusar la existencia del campo eléctrico que circunda a una carga si no es con la concurrencia de otra carga que nos sirve como "carga de prueba" o "carga testigo". El efecto mecánico de repulsión y atracción mancionado, es completamente tangible a nuestra capacidad perceptiva y por lo mismo, es medible de manera precisa, hasta donde la precisión de los aparatos que utilicemos lo determine pero, lo más importante es que, podemos setir esa fuerza que se ejerce de una manera categórica es decir: de la misma manera que sentimos el peso de una roca en nuestras manos, así podemos sentir la intensidad de la fuerza que se ejerce entre dos cargas eléctricas.
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